Entre pipa y tabaco, Absolut y Tampico, me dijo que le gustaría morir estrellado en su auto a gran velocidad o en un tiroteo; no convertirse en un viejo decrépito sinónimo de estorbo e incomodidad, yo también le confesé mi odio a la vejez. Me contó de sus mil y un aventuras y brindó por los nuevos comienzos sin saber que ese nuevo comienzo al siguiente día ya se habría ido. Tal vez fue la canción de John Mayer, tal vez solo es la vida, tal vez solo es el roce con la muerte:
"I'm perfectly lonely, yeah
'cause i don't belong to anyone, nobody belongs to me."
miércoles, 29 de septiembre de 2010
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